viernes, septiembre 8

Para entender África. ¿Desde cuando es solución el nacionalismo?

¿Desde cuando es solución el nacionalismo?
Qué hacen los africanos. El nacionalismo de Ruanda y el genocidio de 1994.

Narra Kapiscinski

Guerra civil en Ruanda, abandonan los franceses el gobierno en manos de los nativos. Hay tensiones entre los tutsis y hutus, entre el clan de Habyarimana y el despótico clan akazu.

¿Quiénes están alimentando el genocidio? Los intelectuales, los ideólogos del clan akazu. “Dicho grupo de poder tiene sus ideólogos: son intelectuales, científicos, profesores de los departamentos de historia y de filosofía de la universidad de Butare: Ferdinand Nahimana, Casimir Bizimungu, León Mugerisa y varios más. Son ellos quienes formulan los principios de una ideología que justificará el genocidio como única salida, como único medio de su propia supervivencia. La teoría de Nahimana y de sus colegas proclama que los tutzi, lisa y llanamente, pertenecen a una raza diferente, extraña. No son sin nilóticos que llegaron a Ruanda desde alguna parte del Nilo, conquistaron a los nativos de esta tierra, los hutus, y empezaron a explotarlos, esclavizarlos y corromperlos por dentro. Los tutsis se han adueñado de todo lo que en Ruanda tienen valor”.

Como reconoce Mugesira en un ejercicio de autocrítica: “En 1959 cometimos un error tatal cuando permitimos que los tutsis huyeran. Teníamos que haber actuado entonces: debimos haberlos borrado de la faz de la Tierra”.

Radio Mille Collines emite en 1994, durante la masacre, varias veces al día el llamamiento de “¡Muerte! ¡Muerte! Las fosas con cadáveres de tutsis sólo están ocupadas hasta la mitad. ¡Daos prisa en acabar de llenarlas!”

6 de abril de 1994, en Kingali, unos elementos no identificados derribaron con un misil el avión, apunto de aterrizar, que llevaba a bordo al presidente Habyarimana (que había pactado una Uganda para todos).

Empieza la matanza: “medio o un millón de muertos es una cifra trágicamente alta. Aunque por otra parte, conociendo la capacidad infernal y mortífera de la fuerza del ejército de Habyarimana, de sus helicópteros, ametralladoras, artillería y carros blindados, en tres meses de fuego sistemático se habría podido aniquilar a mucha más gente. Sin embargo, no fue así. La mayoría no murió abatida por las bombas y las ametralladoras, sin que cayó descuartizada y machacada por armas de lo más primitivo: machetes, martillos, lanzas y palos. Y es que los líderes del régimen no perseguían un único objetivo, la solución final. También era importante como conseguirlo. Se trataba de que en el camino hacia el Ideal Supremo (...) se creases una comunión criminal entre el pueblo (...) surgiese un sentimiento de culpa unificador, de que todos y cada uno supiesen que, desde el momento en que habían cometido algún asesinato, se cerniría sobre ellos la irrevocable ley de la revancha, a través de la cual divisarían el fantasma de su propia muerte”.

“Frente a los sistemas hitleriano y estaliniano, en los que la muerte la administraban verdugos de instituciones especializadas (...) en Ruanda lo importante era que todo el mundo competiese asesinatos, que el crimen fuese producto de una acción de masas”.

El nacionalismo de raza genera enemigos: los tutzis frente a los hutus. El nacionalismo reliligoso señala también fácilmente el enemigo y justifica el terrorismo suicica. El nacionalismo cultural genera también sus enemigos, los diferentes, en España, los "españoles". Observese que detrás de esas ideologías siempre hay "intelectuales" de corbata que definen sistemas en sus laboratorios universitarios o en sus escuelas (islámicas, ikastolas, o de otra indole) en los que enseñan a odiar. ¿Y cual es, inevitablemente, el fruto del odio?

Esa es la tragedia del nacionalismo, que siempre gobierna contra otros. Es su sino.

Frid

Dice Amnistía Internacional sobre la película Hotel Ruanda:


En 1994, casi un millón de personas fueron asesinadas en un genocidio sistemático en Ruanda, país en África Central. Mientras el mundo se mantenía al margen, un puñado de personas ejemplares, ingeniosas y valientes hizo todo lo posible para salvar a los ruandeses de las brutales muertes. Paul Rusesabagina, cuya historia se relata en la impactante y esperanzadora película Hotel Ruanda, nos recuerda a todos lo que puede lograr una persona cuando se ve impulsada a actuar.

Hotel Ruanda trata sobre un problema horroroso: el genocidio. Es un tema difícil y perturbador. Sin embargo, como muestra la película, mientras que la gente y los gobiernos optaron por ignorar el genocidio de Ruanda de 1994, una persona valientemente arriesgó su vida y se enfrentó al horror, apelando a todos sus recursos para salvar primero a su familia, para luego terminar salvando a 1.268 refugiados indefensos.

Terry George, el director de Hotel Ruanda, nos transporta a la historia de Paul, nos muestra la lucha del país y la manera en que el mundo se tapó los ojos. Al final nos conduce a un lugar de esperanzas y promesas.

3 comentarios:

vitio dijo...

El nacionalismo es culpable de las persecuciones, del pensamineto único y del odio hacia los demás.
Un saludo, vitio.

Ignacio dijo...

El nacionalismo es la expresion social de la envidia y el odio
y nada mas.
nada que ver con los problemas de africa pero eso es otro tema

frid dijo...

Ignacio: parte de los problemas de África son los nacionalismos; o mejor dicho, las "tribus" que no se mezclan. Otros problemas son la identificación: tribu-religión (cuando está el Islam por medio); otros que nosotros "los occidentales" les armamos para tener el monopolio en prosprecciones mineras en manos de los rebeldes; otros que nosotros los condenamos a la insalubridad por motivos ecológicos; otros derivados también del espíritu tribal: el jefe es un poder absoluto y ve normal tener la nación como su finca particular; y así hay innumerables problemas humanos además de otros derivados del clima.